El día 2 de marzo dos de mis compañeras (Mª del Carmen y Lucía), expusieron el tema de violencia de género. Fue una exposición bastante entretenida y lúdica, y las dinámicas que utilizaron fueron muy acertadas, pues iban totalmente acorde con la exposición.
En primer lugar es conveniente dejar clara la definición de violencia de género que según la Ley 13/2007 del 26 de noviembre, “es toda aquella manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. Comprende cualquier acto de violencia basada en género que tenga como consecuencia, o que tenga posibilidades de tener como consecuencia, perjuicio o sufrimiento de la salud física, sexual o psicológica de la mujer, incluyendo amenazas de dichos actos, coerción o privaciones arbitrarias de su libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada.”
Un aspecto que se debe resaltar de esta definición y del cual hablamos en clase, es que no se menciona la violencia que puede sufrir un hombre por parte de una mujer, pues este es un tema tabú en la actualidad, tanto por los propios hombres como por la propia sociedad. Un hombre que sufre algún tipo de violencia por parte de su mujer no denuncia ni lo expone a los demás por vergüenza, pues está mal visto que a un hombre, figura que normalmente asociamos con fuerza, poder, …, le pegue una mujer.
La violencia de género es un drama que la Ley no ha conseguido detener y que afecta casi por igual a hombres y a mujeres, aunque la doctrina feminista imperante esconda las cifras de muertes masculinas. Según el anuario estadístico de la policía del 2005, los varones representan el 22% de las muertes en el seno de la pareja y el 44% del total de violencia doméstica.
No obstante, estos datos aparecen sesgados en la información pública del Instituto de la Mujer que desde hace años esconde las cifras de muertos a manos de sus parejas por razones ideológicas.
Estos datos los he podido encontrar en el siguiente enlace: http://www.projusticia.es/articulos/documentos/Epoca%20-%20Los%20hombres%20sufren%20casi%20la%20mitad%20de%20la%20violencia%20domestica.htm
Alunas de las causas que inciden para que el hombre no denuncie son:
• El elemento sociocultural es determinante en el varón para no formular denuncias por violencia.
• Este fenómeno se presenta porque el varón no hace uso substancioso de sus derechos desconociendo que existe la Ley 19.325 que tipifica la violencia doméstica hacia el varón.
• Al no existir una institución exclusiva para varones estos no denuncian.
Dejando atrás este inciso y siguiendo con la violencia de género que sufre la mujer, cabe destacar que la violencia que sufre la mujer no es solo física, sino que existen varios tipos:
• Abuso físico: Se originan por hechos que se exteriorizan a través del ensañamiento y especialización en los golpes a través de diferentes formas.
• Abuso emocional, verbal y psicológico: En este tipo de abuso el agresor daña, prohíbe, restringe, dificulta, aísla, amenaza, humilla, rebaja la autoestima haciendo que se sienta inferior…
• Abuso sexual: Se basa en comportamientos tales como: exigir verbalmente relaciones sexuales, castigara la mujer sino accede a ellas, introducción a la fuerza de miembros corporales u objetos en la vagina o en el ano, obligar a la mujer a practicar una felación, a ver porno grafía, a adoptar posturas degradantes.
• Abuso ambiental: Es el resultado de destruir el entorno, golpear y romper objetos, esconder o romper los objetos de trabajo o de estudio de la mujer, no respetar su correo, arrojar sus cosas a la calle, impedir el descanso, maltratar a sus animales o mascotas…
• Abuso financiero: Consiste en conductas tales como: limitar o retener el dinero, ocultar ganancias, no proveer a las necesidades de la familia proporcionalmente a los ingresos, tomar decisiones unilaterales en cuanto a gastos considerables, obligar a justificar gastos, ocultar bienes gananciales...
Existe una cuestión que habitualmente nos hacemos, y es que ¿por qué una mujer que sufre algún tipo de maltrato sigue conviviendo con su agresor y además en muchas ocasiones lo defiende? Personalmente muchas veces me he preguntado eso, e incluso no llegaba a comprenderlo, pero existe una teoría que lo explica: “La teoría del ciclo de la violencia” que consta de tres fases y que una vez instalado en una relación de pareja es muy difícil frenarlo, tendiendo a repetirse con más frecuencia:
• Acumulación de Tensión: Es el resultado de la acumulación de conflictos en la pareja. Se detecta al observar cambios imprevistos y repentinos en el estado de ánimo del agresor. Reacciones agresivas a sus frustraciones ante cualquier señal de independencia que manifieste la mujer.
• Explosión de la violencia: Es el resultado de la tensión acumulada. Descarga de la tensión acumulada en la fase anterior. Esta descarga puede adoptar distintas formas y grados de intensidad.
• “Luna de Miel”: Es la fase de la manipulación afectiva. Disminuye la tensión. El agresor puede pedir perdón y prometer no volver a llevar a cabo acciones violentas. Reconoce su culpa y resurge la relación. Sin embargo, esta etapa dará paso a una nueva fase de tensión.
Con esta última fase se puede entender como la víctima sigue con su agresor, pues éste último le pide perdón de tal forma que la manipula, haciéndole pensar que todo va a cambiar y que nunca más va a suceder, por lo que la víctima lo escusa diciendo que ha sido un error, que fue un impulso, incluso a veces ella misma se culpa diciendo: “pobrecito, es que ha sido un arrebato porque yo le he sacado desquicio…”
Otras teorías que explican, por qué las que la víctima sigue conviviendo con su agresor y no lo denuncia son: “La Teoría de la unión traumática o síndrome de Estocolmo” y “La Teoría del Síndrome de Acomodación al abuso”.
Debido a la violencia de género las victimas sufren una serie de efectos sociales como son: normalización del problema, vergüenza social (lleva a ocultar el hecho), sumisión con respecto al agresor (distanciamiento de apoyos y servicios), sentimiento de culpabilidad, pérdida de identidad personal, falta de apoyo institucional, descenso del nivel de participación social.
Aunque a veces no es solo la víctima la que sufre, sino que también lo hacen sus hijos, porque en la mayoría de los casos, las agresiones se producen delante de ellos. En el caso de las niñas, pueden sufrir una mayor vulnerabilidad a sufrir violencia y a desarrollarla; y en el caso de los niños, estos pueden desarrollar pautas violentas en su comportamiento. Esto no siempre tienen que ser así, es más, no lo es, pues hay niños que se han criado en una familia donde sus padres maltrataban a sus madres y sin embargo ellos con su pareja son los más buenos del mundo, porque han visto lo que han sufrido sus madres, y en el caso de las niñas, no todas aguantan que su pareja las maltrates, por la misma cuestión, porque no quieren pasar por lo que han pasado sus madres. En la actualidad existen muchas asociaciones que trabajan con las mujeres maltratadas, las ayudan a aumentar su autoestima, a insertarse en el ámbito laboral, ha ser autónomas y no depender de nadie, a superar su problema… Algunos ejemplos de este tipo de asociaciones son: APAMM, AMUVI., AMECO…
Aunque existen muchas más asociaciones nos vamos a centrar en la asociación Ana la Bella, en la que se han centrado mis compañeras.
Algunos de los programas que se llevan acabo allí son:
• Programa Amiga: atención psicológica, apoyo emocional, resolución de problemas, ayuda económica, asesoramiento legal y alojamiento temporal en Viviendas de Apoyo…
• Amiga Emplea: formación e inserción laboral.
• Testimonios positivos: potenciando los valores positivos de las mujeres víctimas de violencia de género para que puedan transformarse en Supervivientes que actúen como agentes de cambio social hacia la igualdad, evitando que sus hijos/as repitan la violencia en su edad adulta y ayudando a otras mujeres.
• Rama: red de apoyo a mujeres maltratadas, las mujeres que ya han superado su problema actúan de ayuda a otras que todavía no lo han hecho.
Las funciones que desempeñan los educadores sociales en este centro son:
• Informar, orientar y asesorar sobre los recursos y prestaciones de los sistemas de protección social.
• Informar de los derechos y deberes de las personas usuarias de los servicios y centros de servicios sociales y sobre todas las cuestiones referidas a la organización y funcionamiento de los mismos.
• Elaborar Planes de Atención, coordinando y dando coherencia a las intervenciones planificadas por el equipo interprofesional.
• Realizar el seguimiento, la supervisión y evaluación de dicho plan, modificándolo e introduciendo cambios.
• Ser el nexo de unión entre la persona, familia y profesionales de los diversos servicios y sistemas de protección social y/o educativa.
• Intervención educativa con familias.
• Soporte en la atención a los hijos de las víctimas en la vida cotidiana, ofreciendo pautas coeducativos y de integración.
• Educación social con maltratadores a través del diseño de campañas y programas de reinserción social.
• Trabajar la transversalidad de género: de forma que estén todos los ámbitos implicados (laboral, escolar, político…).
En mi opinión la violencia de genero es una temática muy compleja y complicada porque son muchos los factores que intervienen en ella, además en algunos casos también están de por medio menores, con los que también se debe intervenir.
Además nosotros como profesionales de lo social no solo debemos intervenir con la víctima, sino también con el agresor, el cual la mayoría de las veces es ignorado como objeto de intervención pero que sin embargo el trabajo con él es tan importante y necesario como el que se lleva a cabo con la víctima.
Con el agresor se debe trabaja la socialización terciaria, es decir desaprender lo aprendido, debemos intentar cambiar las malas conductas e incorporar pautas de conductas nuevas que no sean perjudiciales ni para él ni para la sociedad en general; además tenemos que intentar su reinserción a la sociedad, pues es difícil que estas personas sean aceptados por el resto de la población, ya que siempre serán vistos como maltratadores y por ello serán objeto de exclusión social.
Otro aspecto que me gustaría resaltar, y que ya antes he mencionado, es la poca importancia que se le da a los hombres que sufren algún tipo de violencia por parte de sus mujeres, cosa que veo totalmente injusta y opino que debería de cambiar, pues la misma relevancia tiene que una mujer sufra maltrato por su marido, que un hombre sufra maltrato por su mujer, pues ambos son personas y tienen los mismos derechos.
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